16 ago 2008

Usain Bolt, como un phelps en el agua

Hizo 100 metros en 9.69 segundos y tuvo tiempo se sonreir. Tuvo tiempo de mirar hacia sus costados y confirmar que no había nadie. Estaba sólo. El resto venía algunas fracciones de segundo atrás. Mientras esos otros 9 no podían hacer otra cosa que no sea correr, él se golpeaba el pecho triunfador. Y también corría. Esos 9 iban serios, él disfrutaba. Esos 9 cruzaron la línea de finalización con sus músculos en el mayor grado posible de tensión, él lo hizo relajado. Esos 9 parecían lentos, él lo hizo. Faltando pocos metros abrió sus brazos. Los otros 9 los tenían aerodinamicamente pegados al cuerpo acompañando el paso de sus piernas en un movimiento perfecto. Él abrió sus brazos. Miró, soberbio, a las tribunas. Tuvo tiempo de avisarle al mundo que sería el ganador. Soberbio. Le sobró tiempo y le faltaron metros. Mientras los otros 9 frenaban, él todavía tenía resto. Cruzó la meta y siguió corriendo. Fue en busca de los abrazos jamaiquinos y de la bandera de esos abrazos. Recién en ese momento, frenó.
Usain Bolt se movió en la pista como lo hace un Phelps, perdón, un pez en el agua.

No hay comentarios: